La fisioterapia es una de las herramientas más importantes en la rehabilitación después de un ictus, ya que ayuda a recuperar la movilidad, la fuerza y la funcionalidad del cuerpo. secundarias y mejorar la calidad de vida del paciente.
¿Cuándo ir al fisioterapeuta después de un ictus?
Es importante empezar la fisioterapia tan pronto como sea posible después del ictus, en cuanto el paciente esté estable. En muchos casos, los ejercicios suaves pueden empezarse dentro de las primeras 24-48 horas del ictus, siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud.
Beneficios de la fisioterapia para tratar el ictus
1. Recuperación de la movilidad y fuerza muscular
Uno de los objetivos principales de la fisioterapia después de un ictus es recuperar la fuerza y la movilidad de las extremidades afectadas, ya sea el brazo, la pierna u otras partes del cuerpo. Los fisioterapeutas trabajamos para mejorar la flexibilidad, amplitud de movimiento y fuerza mediante ejercicios específicos. Los pacientes pueden empezar con ejercicios suaves para fortalecer los músculos debilitados y, a medida que avanzan, incorporar movimientos más complejos.
Los ejercicios se realizan de acuerdo a la capacidad y los límites del paciente. Aunque la fisioterapia puede ser incómoda en ciertos momentos, el dolor no debería ser intenso ni prolongado. Si el paciente sufre dolor, es importante comunicarlo al fisioterapeuta para ajustar los ejercicios.
2. Rehabilitación de la marcha
Una de las dificultades más comunes después de un ictus es la incapacidad para andar correctamente. Los fisioterapeutas trabajaremos contigo para mejorar la marcha mediante ejercicios específicos que combinan fuerza, coordinación y equilibrio. También podrás practicar marcha asistida si es necesario. El trabajo constante con un fisioterapeuta permitirá adaptar los ejercicios a tu progreso.
3. Estimulación de la plasticidad cerebral
Uno de los aspectos más interesantes de la fisioterapia post-ictus es la capacidad del cerebro para reorganizarse y generar nuevas conexiones neuronales, conocida como plasticidad cerebral. La fisioterapia aprovecha esta capacidad mediante la repetición de ejercicios y movimientos, ayudando al cerebro a aprender nuevas formas de hacer las cosas.
La fisioterapia puede ayudar a estimular la plasticidad cerebral mediante el entrenamiento constante. Con cada repetición de ejercicios y movimientos, el cerebro crea nuevas conexiones neuronales que ayudan a compensar las áreas dañadas por el ictus.
Los fisioterapeutas miden el progreso de la rehabilitación y ajustan los ejercicios para estimular adecuadamente la plasticidad cerebral. Los mejores indicadores son la mejora de las funciones motoras y la autonomía del paciente, que pueden medirse con tests validados por el fisioterpeuta.
4. Reducción de la espasticidad y rigidez muscular
La espasticidad, una condición en la que los músculos se vuelven rígidos y difíciles de mover, es una secuela frecuente del ictus causada por la afectación del sistema nervioso central. La fisioterapia es imprescindible para reeducar los movimientos, recuperar la motricidad fina, restablecer el esquema corporal y recuperar la sensibilidad de las zonas afectadas en caso de que haya afectaciones sensitivas. Aunque la fisioterapia puede mejorar significativamente la espasticidad y la movilidad, los resultados varían según la gravedad del ictus y la respuesta del paciente al tratamiento.
5. Mejora de las actividades diarias
Una parte importante de la fisioterapia post-ictus es ayudar a los pacientes a reanudar sus actividades cotidianas, como vestirse, comer, lavarse y caminar por su entorno. A través de técnicas de adaptación y ejercicios, los fisioterapeutas ayudan a los pacientes a recuperar su independencia en estas tareas.
Los fisioterapeutas trabajan contigo para mejorar la fuerza, la movilidad y la coordinación necesarias para realizar las tareas cotidianas. También pueden recomendarte dispositivos de ayuda o modificaciones del entorno para facilitar tu independencia.
Es también imprescindible realizar un trabajo multidisciplinar con médicos, terapeutas ocupacionales y psicólogos entre otros profesionales para cubrir todas las necesidades del paciente y dotarlo de la mayor autonomía posible.
6. Prevención de complicaciones secundarias
Un ictus puede acarrear varias complicaciones secundarias, como úlceras por presión, trombosis venosas profundas y atrofia muscular. A través del ejercicio activo y el empoderamiento del paciente para que pueda hacer todo lo que esté a su alcance, la fisioterapia reduce en gran medida estas complicaciones.
Tratamiento del ictus con fisioterapia
En Egea Fisioterapia, centro de fisioterapia en Malgrat de Mar, somos conscientes del impacto que un ictus puede tener en la vida de una persona. Por eso, ofrecemos un tratamiento personalizado y especializado en la rehabilitación post-ictus. Nuestro equipo de fisioterapeutas trabaja conjuntamente con cada paciente para diseñar un plan de rehabilitación que se adapte a sus necesidades específicas, con el objetivo de mejorar la movilidad, la fuerza, el equilibrio y la autonomía.
Utilizamos técnicas de última generación y un enfoque integral para favorecer la recuperación de las funciones perdidas, supervisando de cerca la evolución del paciente. Si has sufrido un ictus y necesitas soporte para tu rehabilitación, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Estamos aquí para ayudarte a recuperar la calidad de vida y hacer que cada paso hacia tu recuperación sea más firme.